Lo que eres hoy es el resultado de todas tus experiencias.
Algunos tienen dificultad para distinguir entre vivencia y experiencia.
Vivencia es lo que te ha sucedido… lo que has vivido. Experiencia es lo que has aprendido de esa vivencia.
Algunas personas tienen muchas vivencias y, paradójicamente, pocas experiencias. Solo ganas experiencia de una vivencia cuando identificas, analizas, concluyes y, sobre todo, modificas algo en tu forma de “ser”.
A veces la experiencia te sirve para generar un cambio profundo, como una modificación de tu mentalidad o creencias. Otras para cambios livianos, como una modificación de conducta.
A pesar de lo que algunos creen, estás cambiando a cada momento. A veces más deprisa y otras más despacio. Lo único cierto es que siempre estás cambiando.
El “mundo” cambia cada vez más deprisa
Es una frase que todos decimos algunas veces. Pero ¿qué es el mundo sino la conjunción de todas las experiencias de todos nosotros?
Para poder “adaptarte” a este mundo cambiante necesitas estar cambiando continuamente y al ritmo adecuado para no quedarte atrás.Los valores prevalentes cambian lenta pero continuamente y, por tanto, las conductas.
La mayor parte del tiempo no somos conscientes de ese cambio, de la misma forma que no nos damos cuenta de que cada día somos más viejos. Como todos los días te miras en el espejo para peinarte o lavarte los dientes no te das cuenta de que también cambias por fuera.
Solo cuando miras tus fotos de hace diez, veinte o treinta años, te dices ¡qué cambiado estoy!
Este fin de semana dediqué una parte de mi atención a revisitar mis álbumes de fotos. Hacía unos cuantos años que no lo hacía. Al final me quedé reflexionando sobre los cambios físicos e internos que debió experimentar el tipo que aparecía en la mayoría de ellas. Me esforcé en dibujar el sendero por el que había transcurrido su vida, hasta hoy, y me pregunté por los escenarios en los que aparecía y sus compañías…
Cuando terminé ese ejercicio, me atreví a hacer otro…
Ejercicio del álbum de fotos
Te invito a realizar el siguiente ejercicio, que tiene dos partes.
En la primera escoge y encuentra un momento de tranquilidad para ver tus fotos del pasado. Puedes hacer este ejercicio solo o acompañado con tus familiares o amigos. Revive los momentos que capturaron esas imágenes. Esfuérzate para colocarte en esos momentos de tu vida, tal como “eras” entonces y pregúntate ¿cuáles eran, en cada uno de esos momentos, mis valores, intereses, hábitos…?
Pregúntate si esta persona es la que querías ser – como padre, amiga, profesional, compañera, hijo, vecina, hermano, jefa… - y, también, si esta persona es la que tú habías planeado o el resultado del “azar de la vida”.
Ésta es la parte más sencilla. Solo necesitas ser honesto contigo mismo. No merece la pena mentir, porque te mentirías a ti mismo.
En la segunda parte del ejercicio vas a “construir el álbum de fotos que querrías ver dentro de medio, cinco, diez o treinta años”. Sí, esta segunda parte ya no es tan fácil.
Se trata, como imaginas, de que “diseñes” la persona que quieres “ser” para que, cuando haya transcurrido ese período de tu vida, puedas sentir satisfacción contemplando “tu obra”.
Lo pasado, pasado está. Pero el futuro te pertenece. Tú posees la capacidad y el poder para llegar a ser cualquier cosa que te propongas.
Puedes elegir entre ser el “autor” de tu vida o el “actor” de una vida que otros escribirán para ti.
Compromiso
Mi recomendación es que elijas ser el guionista, director, productor y actor protagonista de tu propia vida. Para ello solo necesitas una cosa: compromiso.
La mayoría de las personas no viven la vida que realmente quieren porque les falta “comprometerse con su vida”. El compromiso requiere aceptar responsabilidad - un bien escaso en un mundo repleto de victimismo.
Compromiso significa promesa. Elige lo que quieres para ti y prométete que harás lo que sea necesario para conseguirlo. Es así de simple y difícil. La clave es que no te traiciones. Que no te “vendas” a la enorme cantidad de ofertas que recibirás en tu camino. Pide ayuda cuando tengas dudas o el obstáculo sea grande.
Tienes el derecho y el poder de vivir la vida que quieres
Aprende continuamente de tus vivencias para convertirlas en experiencias. No dejes pasar un día sin extraer alguna experiencia de tus vivencias. Sacrifica un poco de televisión o facebook para reflexionar 18 minutos cada día y, así, extraer un aprendizaje y lo que es aún más importante: “hacer algo” con ese aprendizaje, es decir, “cambiar” mañana algo de lo que piensas y haces.
“Te deseo que la persona que aparece en la foto que te saques en 2021 se parezca mucho a la que quieres ahora” – Jaime Bacás, Socio de Atesora
Artículo publicado el 03/05/11 en www.senderosdeproductividad.com
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